La economía circular es un modelo que tiene como objetivo reducir la cantidad de residuos generados y minimizar el uso de los recursos naturales. Esta idea está estrechamente vinculada al concepto ESG (ambiental, social y de gobernanza), que se refiere a la evaluación de los riesgos ambientales, sociales y de gobierno asociados a las empresas.
Por lo tanto, la adopción de prácticas de economía circular es una forma de que las empresas demuestren su compromiso con los factores ESG y, al mismo tiempo, mejoren la eficiencia operativa y la rentabilidad. Para ello, deben basarse en tres principios:
La economía circular busca reducir los residuos y la contaminación en cada etapa del ciclo de vida de un producto, desde la extracción de las materias primas hasta la eliminación final.
El modelo tiene como objetivo maximizar el uso de los recursos naturales y renovables, así como minimizar la extracción de recursos no renovables.
La economía circular busca mantener la integridad del capital natural, preservando los ecosistemas y los recursos naturales para las generaciones futuras.
Los objetivos de la economía circular se pueden resumir en los siguientes puntos:
La economía circular tiene como objetivo reducir la cantidad de residuos generados, promoviendo la recuperación, la reutilización y el reciclaje de los materiales.
La adopción de prácticas de economía circular puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al minimizar la extracción de recursos, utilizar materiales más sostenibles y reducir la huella de carbono.
La economía circular promueve la innovación en términos de diseño, tecnología y modelos de negocio, fomentando el desarrollo de nuevas soluciones que satisfagan las necesidades del mercado y de los consumidores de una manera más sostenible.
Si bien la economía circular es una práctica cada vez más común en todo el mundo, aún quedan algunos desafíos por enfrentar en Brasil. Entre ellos, podemos destacar:
La implementación de buenas prácticas de economía circular puede ayudar a las empresas a reducir los costos, minimizar el impacto ambiental y mejorar su reputación ante los consumidores. Entre ellas, podemos mencionar:
El Sistema de Gestión Ambiental (EMS) es un conjunto de procesos y prácticas implementados para gestionar sus impactos ambientales asociados con las actividades, productos y servicios de la organización. Su objetivo principal es garantizar el cumplimiento de las leyes y reglamentos ambientales aplicables.
La norma ISO 14001 define una serie de requisitos para la implementación de la SGA, que incluyen:
Diseñar productos más sostenibles es una práctica importante de economía circular. Esto incluye el uso de materiales reciclables y biodegradables, así como la reducción del tamaño de los envases.
La implementación de programas de logística inversa, como la recolección de materiales utilizados para el reciclaje, puede ayudar a reducir la cantidad de residuos que se envían a los vertederos. Este trabajo implica:
La colaboración con otras empresas puede ayudar a encontrar soluciones más sostenibles y eficientes para la economía circular. La elección de los proveedores debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
¿Quieres entender mejor cómo debería funcionar esto en la práctica? Conozca cuáles son las 5 prácticas esenciales de gestión de residuos que debe adoptar en su empresa.