Salud pública: El tratamiento adecuado elimina los microorganismos patógenos, como bacterias, virus y parásitos, lo que reduce el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, la hepatitis A y otras infecciones. La calidad del agua tratada afecta directamente a la mortalidad infantil, la esperanza de vida y la calidad de vida en general.
Medio ambiente: Las aguas residuales tratadas se devuelven a los cuerpos de agua naturales después de su uso. Si esta agua está contaminada, afectará negativamente al medio ambiente. La calidad de las aguas residuales tratadas es crucial para mantener la sostenibilidad de los recursos hídricos.
La calidad del agua tratada es un pilar fundamental para la salud de las personas y la protección de nuestro planeta.
Algunos de los desafíos clave y cómo se abordan:
1. Tratamiento de aguas residuales:
Porcentaje de tratamiento bajo: En Brasil, únicamente 50,75% de las aguas residuales generadas se trata, y el promedio entre los 100 municipios más grandes es 64,09%. Algunos municipios, como Piracicaba (SP), Niterói (RJ) y Maringá (PR), alcanzan valores superiores a 80% de tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, Porto Velho (PA) y São João do Meriti (RJ) aún no tratan sus aguas residuales adecuadamente.
2. Suministro de agua:
Contaminación y escasez: Los problemas relacionados con el suministro de agua están presentes en prácticamente todos los municipios brasileños. Los ríos y manantiales contaminados, el aumento de la demanda, los conflictos por el uso, la pérdida y el desperdicio del agua, las sequías y la amenaza de un colapso del suministro son algunos de los desafíos a los que se enfrenta.
3. Eficiencia del presupuesto y del gasto:
Asignación volátil de recursos: El presupuesto público asignado a los servicios de agua y saneamiento sigue representando una proporción menor del PIB. Es necesario priorizar las inversiones para mejorar la infraestructura y la calidad de los servicios.
La colaboración entre los gobiernos, las empresas, los especialistas y la conciencia pública son fundamentales para superar estos desafíos y garantizar el acceso universal al agua tratada y al saneamiento básico.
Capturar: El agua cruda se extrae de fuentes naturales, como ríos, lagos, pozos o embalses. En este paso, las bombas y las tuberías llevan el agua a la planta de tratamiento.
Coagualante: En esta fase, se añaden coagulantes (como sulfato de aluminio, cloruro de polialuminio y cloruro férrico) al agua cruda. Estos coagulantes ayudan a desestabilizar las partículas coloidales presentes en el agua.
Floculación: La floculación, mediante la adición de floculantes (polímeros), permite que las escamas aumenten aún más su tamaño, lo que facilita la decantación o la flotación, lo que hace que el proceso sea más efectivo para eliminar los parámetros.
Decantación: El agua pasa por tanques de decantación, donde las escamas formadas en la etapa anterior se depositan en el fondo. Luego, el agua clarificada se extrae de la parte superior del tanque y luego se filtra.
Filtrado: El agua pasa a través de filtros de arena, carbón activado u otros medios para eliminar las partículas finas y las impurezas restantes. Este paso ayuda a que el agua sea aún más limpia y clara.
Desinfección: Para eliminar los microorganismos patógenos, como bacterias y virus, se desinfecta el agua. El hipoclorito de sodio se usa a menudo para este propósito. La desinfección garantiza que el agua sea apta para el consumo humano.
Depósito: Tras el tratamiento, el agua se almacena en depósitos antes de distribuirse a la población. Estos embalses ayudan a mantener un suministro constante de agua para satisfacer las necesidades de la comunidad.
Estos procesos combinados garantizan que el agua municipal sea limpia, segura y adecuada para uso doméstico e industrial.
La eliminación se realiza a través de dos acciones principales: la coagulación y floculación.
Coagulación su propósito es formar coágulos con las impurezas presentes en el agua desestabilizando las partículas y neutralizando sus cargas.
Floculación, mediante la adición de floculantes (polímeros), permite que las escamas aumenten aún más su tamaño, lo que facilita la decantación o la flotación, lo que hace que el proceso sea más efectivo para eliminar las impurezas y los contaminantes del agua.